desaparición
de manuel martins

mirar a martins y escuchar a martins son una misma cosa, un dejarse atravesar por la áspera transparencia del mundo. entre tanto, bajo la sombra de la ñamera, sangra la herida del tiempo.

"manuel martins es un cazador. y además, es poeta. y una cosa tiene que ver con la otra. martins escribe como dispara. o dispara como escribe. es certero en ambas lides. donde pone el ojo pone el verso. hay algo de frescura trasnochada ―si se me permite el violento oxímoron― en el habla martinsiana, algo de funesto dandy macaronésico. cuando martins escribe su mano huele a pólvora. la bala, la verdadera bala, la definitiva bala de martins apunta a su propia sesera lúcida y, a la vez, ebria, con efluvios de alcoholes antilíricos".